Las hojas de laurel tienen una historia larga y noble. Los antiguos griegos y romanos fabricaban coronas de verdaderas hojas de laurel (Laurus nobilis, Lauraceae) para coronar a las personas célebres y exitosas, como reyes, héroes de guerra y olímpicos. La hoja de laurel no sólo tiene propiedades medicinales, sino que también se utiliza en la cocina.
Las hojas de laurel recién secas tienen un aroma cálido, que se infunde al cocinar. Antes de su uso, se machaca la hoja un poco. Es utilizada para dar sabor a guisos, platos que necesitan mucho tiempo de cocción y sopas, pero las hojas se retiran del guiso antes de servir.
Beneficios
Desde la antigüedad se han utilizado las hojas del árbol de Laurus nobilis, también conocida como Laurel Dulce, en la medicina para tratar problemas relacionados con el hígado, el estómago y el riñón. Hoy en día utilizamos el laurel para curar la tos, los resfriados, la bronquitis y aliviar malestar en el pecho, mediante la colocación de un paño empapado en agua en la que previamente se han hervido hojas de laurel. También se utilizan para el tratamiento de trastornos digestivos y reducen la flatulencia.
Las hojas agridulces y espaciadas del laurel se pueden utilizar para impartir su sabor a una variedad de platos e ingredientes, por lo que es un ingrediente versátil en tu despensa. Es también una de las pocas hierbas que no pierde su sabor cuando se seca. Se utiliza mucho en el curry, las sopas y los arroces, junto con la canela y el clavo de olor.
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