Parece que podría ser algún tipo de meditación mientras comes, o recitar algún mantra complicado antes de coger la cuchara o sumergir los dedos en el bol.
Bueno, en algunos aspectos, puede ser justamente eso. Pero seamos prácticos. La mayoría de nosotros nos sentamos en nuestros despachos y nos zampamos la comida en menos de 15 minutos, porque es mucho más fácil hacerlo que ir a otra parte de la habitación e incluso sentarse en otro lugar para apartar el tiempo de la pantalla. Prefieres seguir haciendo el trabajo, y comer es sólo una forma de cargarte las pilas para poder seguir durante más tiempo o simplemente sacarlo del medio, ¿no? Ah, y comer tu bocadillo mientras caminas de un lugar a otro… ¡eso es un NO NO!
Según Diane Barth, LCSW, terapeuta en Nueva York, el Mindful eating consiste en desarrollar una conciencia de cómo los alimentos que elegimos para comer afectan a nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestros pensamientos. «También se trata de escuchar sin juzgar las comunicaciones de nuestro cuerpo sobre lo que queremos comer y cuándo queremos comer».
Yo diría que pienses en mindful eating como parte de tu estilo de vida. Sé que no siempre es lo más práctico para hacer en todas las comidas, pero tal vez empiece con la comida que crea que sería la más posible para esta práctica.
*Usa todos tus sentidos y disfruta y experimenta realmente lo que tienes delante en tu plato. Anota también las texturas.
*¿Cómo te sientes? Toma nota de las sensaciones que te produce la comida. Piensa en su procedencia. Piensa en quién ha producido los productos.
*Baja la velocidad. Tu cerebro necesita unos 20 minutos para recibir las señales de que estás lleno. Este debería ser el tiempo mínimo que te tomes para comer.
*Mastica la comida.
*Intenta no ver la televisión ni desplazarte con el móvil. Presta toda tu atención a la comida.
*Deja espacio. Esto significa que no debes comer hasta que sientas que los botones de tus vaqueros están a punto de explotar. Cuando empieces a sentir que tu barriga está bastante llena y satisfecha, es el momento de parar.
Me encanta esta forma de comer porque permite que nuestros sentidos se intensifiquen y aprecien realmente algo que todos adoramos: ¡La comida! Y también es una forma estupenda de establecer un vínculo con los demás, enseñándoles este arte también.
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